Laura Caparra le da la bienvenida
Psicoanalisis niñ@s, adolescentes y adultos
"Si entendiéramos completamente las razones del comportamiento de otras personas, todo tendría sentido"
Sigmund Freud
¿Quién soy?
Trabajo como Psicóloga desde el año 2001, termine mis estudios en la Universidad de Buenos Aires, y realice la especialidad clínica en el ámbito hospitalario. Mi experiencia en el área de niñ@s, adolescentes y adultos fue y es el motor de una formación permanente de acuerdo a los cambios que demanda la época y las nuevas vivencias subjetivas. Acercarse a una terapia posibilita escucharse. comprenderse y tener la oportunidad de encontrar un nuevo sentido a la existencia.
Clínica con niñ@s, adolescentes y adultos
Mi propuesta para la salud psíquica, intenta orientar las problemáticas desde un punto de vista estrictamente clínico, lo que implica entender, que los procesos mentales que perturban a un sujeto, son procesos complejos que requieren de un trabajo pormenorizado y particularizado.
1. Pormenorizado: Porque no todas las dificultades psíquicas se estructuran de la misma forma. Hay que encontrar los mecanismos puestos en juego, para poder orientar al sujeto en la problemática que padece y ayudarlo a encontrar sus soluciones; y esto estará siempre sustentado en el abordaje clínico sobre lo singular de cada persona.
2. Particularizado: Porque cada sujeto, niño, adolescente o adulto en las dificultades que padece, no es bajo ningún concepto similar a cualquier otro sujeto, que incluso manifiesta los mismos síntomas.
Por tanto es fundamental estar justamente atentos a lo que hay de distinto y porque no decir, original en cada ser humano.
Atención niñ@s
PSIQUISMO INFANTIL
Es a través de la infancia que podemos saber que la constitución psíquica de una persona no viene establecida solamente por los componentes genéticos o biológicos. Cuando un niño nace son muchos los factores que contribuyen a la salud mental del bebe. Desde las circunstancias que rodearon el embarazo y las contingencias producidas en el nacimiento así como la influencia del entorno más inmediato que acompaña al bebé; todos ellos son elementos importantes que hay que valorar cuando un niño presenta algún tipo de dificultad.
SÍNTOMAS EN LA INFANCIA:
Los síntomas infantiles se presentan bajo un amplio espectro: dificultades en la adquisición del lenguaje, impedimentos para aprender o concentrarse, rechazo de la relación con los demás, agresividad, inquietud constante, fobias. También son síntomas infantiles las dificultades con la comida, dificultades en el control de esfínteres, miedos nocturnos, etc.
¿CUÁNDO CONSULTAR?
Muchas veces la escuela o el pediatra sugieren una consulta psicológica; pero también en frecuentes ocasiones son los propios padres o el mismo niño quien a su manera denuncia que algo no va bien. Dilatar la situación, no suele ser la mejor opción. Siempre es recomendable una consulta de orientación que despeje las preocupaciones o angustias; más aún, teniendo en cuenta que hay procesos psíquicos que sólo se conquistan en la infancia. Ignorarlos no haría más que incrementar las dificultades.
Cualquier posible obstáculo, requiere de una intervención adecuada.
Atención Adolescentes
LA ADOLESCENCIA HOY
La adolescencia dista mucho de ser esa etapa placentera donde por fin el joven alcanza las satisfacciones añoradas. Tanto para los propios adolescentes como para su entorno, ese tránsito puede tornarse un verdadero problema.
El adolescente se encuentra con otro cuerpo, debe abandonar el cuerpo de niño ya conocido, por un cuerpo que debe tolerar los cambios que el desarrollo de la sexualidad introduce; cambios no siempre comprendidos por el propio adolescente.
Hay que añadir además, que el ahora adolescente construye por vez primera otra percepción sobre sus referentes familiares fundamentales; motivo éste de grandes disputas con sus progenitores, bajo una atmósfera de incomprensión mutua.
En cuanto a sus vínculos con el exterior, el joven capta los ideales sociales que funcionan como verdaderos mandatos para él, bajo la forma del “tienes que ser…” que muchas veces entran en contradicción con su necesidad de pertenecer e identificarse a su grupo de pares.
Tarea muy ardua para un joven que busca a diario su identidad y más aún cuando aparece el interés sexual por otras personas.
SÍNTOMAS EN LA ADOLESCENCIA:
Un síntoma recurrente en la adolescencia actualmente, es la apatía generalizada, la “falta de ganas de”. Jóvenes que se satisfacen con objetos de consumo o encerrados en una maraña de pensamientos que les impide por fuera de ello, sostener algún propósito en su vida.
También encontramos jóvenes cuya impulsividad no pueden controlar y se desbordan en episodios agresivos, o compulsivos en cuanto al consumo de alcohol, sustancias, comida, uso de tecnologías, etc. O por el contrario, adolescentes inhibidos y solitarios en cuanto a los vínculos sociales.
¿CUÁNDO CONSULTAR?
Los actos en la adolescencia muchas veces suplen la ausencia de palabras. Lo que no puede decir el adolescente acerca de lo que le sucede, sea porque no lo sabe o porque no encuentra destinatario, se convierte en ocasiones en actuaciones que no se pueden ignorar. Cuando éste límite se toca bajo formas variadas, desde pequeños hurtos hasta transgresiones de la ley, es momento para consultar.
Otras veces, la angustia, la ansiedad o una tristeza prolongada, funcionan como alertas de que es momento de hacer una consulta profesional.
Atención adultos
MALESTAR EN LOS ADULTOS:
El sufrimiento psíquico de los adultos tiene poco lugar en la sociedad actual. Se considera en ocasiones un fracaso y como tal, debe corregirse o medicarse. Sin embargo, la clínica psicológica enseña que el malestar no desaparece por más voluntad que el paciente emplee en ello.
En la vida adulta, no solo las decisiones cotidianas y vitales son relevantes; también lo es, la propia historia de la persona; tanto es así, que importantes elecciones, actos,etc, en muchos momentos están condicionados por lo que el adulto ha vivido en el pasado.
¿CUÁNDO CONSULTAR?
Cuando el malestar se vuelve intolerable, para el sujeto mismo o para su entorno.
Puede suceder entonces que los síntomas hagan irrupción apropiándose del cuerpo para dar la señal de alarma: jaquecas, compulsiones, problemas digestivos o de orden sexual, etc. O de manera más imprecisa, pueden aparecer estados depresivos, episodios de ansiedad, dificultades para conciliar el sueño o para tomar una decisión vital, pérdida de la ganas de vivir, etc.
TRATAMIENTO CLÍNICO:
Las personas no se parecen entre sí, ni siquiera aunque coincidan en un mismo diagnóstico. Por eso es fundamental lo que el adulto mismo puede decir acerca de su padecimiento. Él tiene las razones de su sufrimiento, aunque las ignore.
Instalando la pregunta acerca de lo que le sucede, el sujeto construye junto a la orientación e intervención del profesional, una implicación en los malestares que lo aquejan, así como soluciones hechas a medida, únicas para él, mientras recupera la capacidad de dirigir su vida.